El 11 de julio pasado se realizó en la Facultad de Ciencias de la Udelar la Primera Jornada Interdisciplinaria en Ciencias Oceánicas (JICO), con una instancia que reunió a más de 160 personas de 31 instituciones, tanto de la propia Universidad como de otras vinculadas al estudio, gestión y preservación del medio marino.
La apertura de la actividad fue realizada por la decana de la Facultad de Ciencias, Mónica Marín, y el rector de la Universidad de la República, Álvaro Mombrú, quienes destacaron el papel estratégico que tiene el conocimiento científico sobre los océanos en el desarrollo sostenible del país.
“Hay una dimensión estratégica del mar que el país no ha desarrollado suficientemente”, afirmó Marín, y subrayó la necesidad de articular capacidades, datos e infraestructura en forma cooperativa, a través de una mirada interdisciplinaria.
Mombrú, señaló que “el mar es una frontera por abrir”, y que Uruguay está en condiciones de dar pasos sustantivos en este sentido si logra coordinar esfuerzos científicos y técnicos.
Angel Segura, integrante del comité organizador y miembro directivo del Instituto de Ciencias Oceánicas (ICO), destacó la amplia participación, con un alto porcentaje de docentes de la Udelar, pero también una importante presencia de actores de otras instituciones. También remarcó que el trabajo interdisciplinario “requiere generar lenguajes comunes y formas de diálogo que sólo se construyen interactuando”.
La jornada tuvo como hilo conductor el objetivo de reconocer la historia desde sus inicios en las investigaciones de las ciencias del mar para consolidar el presente y proyectar un futuro común frente a los desafíos sociales, ambientales y climáticos de nuestro tiempo.
Más de 100 años de academia
Otro de los oradores fue el profesor y Dr. Omar De Feo quien realizó un repaso por la historia del desarrollo del estudio de los océanos en Uruguay, desde los primeros aportes académicos en la Facultad de Ingeniería a comienzos del siglo XX, hasta la expansión de trayectorias de formación, investigación y extensión vinculadas a los bienes marinos.
De Feo resaltó el rol de investigadores pioneros como Bertullo y Talice, y subrayó la importancia de instituciones clave como el Museo Nacional de Historia Natural, Pedeciba (Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas) y el Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias. Destacó además la descentralización como parte del proceso, con polos de desarrollo como el Centro Universitario Regional del Este (CURE) y la creación de nuevas carreras, como la Licenciatura en Gestión Ambiental.
“Tenemos una masa crítica de más de 200 investigadores trabajando en la relación ciencia-sociedad, generando conocimiento en cocreación con comunidades, instituciones y sectores productivos”, afirmó.
A su vez, hizo énfasis en que uno de los legados más valiosos de estas décadas ha sido la formación de recursos humanos: “Lo que tenemos es un patrimonio que va más allá de los papers”.
Ciencia para informar políticas públicas
Mónica Fossati, Ingeniera Civil con perfil hidráulico ambiental y profesora titular de la Facultad de Ingeniería, abordó los aportes de la ingeniería hidráulica y marítima al conocimiento de los sistemas estuariales y costeros. Desde su experiencia en el Instituto de Mecánica de los Fluidos, insistió en el potencial de colaborar más activamente con otras disciplinas: “Debemos acercar nuestras fortalezas técnicas a las comunidades de las ciencias oceánicas y buscar juntos nuevas formas de formación interdisciplinaria”.
Fossati destacó la necesidad de que el recientemente creado Instituto de Ciencias Oceánicas de la Udelar, contribuya a generar lineamientos y estándares para el monitoreo ambiental, en articulación con organismos públicos, empresas y comisiones binacionales. Señaló también como clave el desarrollo de propuestas de posgrado accesibles para diversas áreas del conocimiento, así como el fortalecimiento de vínculos con la Escuela Naval, el SOMA (Servicio de Oceanografía, Hidrografía y Meteorología de la Armada) y universidades de la región.
El océano como regulador climático
Cerrando la primera mesa de oradores Marcelo Barreiro, profesor titular del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y Física de los Océanos, ofreció una mirada desde la oceanografía física, subrayando el papel central que juegan los océanos en el sistema climático global y regional. “No se puede entender el clima sin el océano”, señaló, y recordó que Uruguay es especialmente vulnerable a la variabilidad oceánica, tanto por fenómenos globales como El Niño, como por las dinámicas locales del Atlántico Sur.
Barreiro, que a su vez es investigador de Pedeciba, enfatizó que el océano no solo condiciona las actividades socioeconómicas y los ecosistemas marinos, sino que también modula las lluvias, los vientos y las temperaturas en el continente. En ese sentido, resaltó la importancia de incorporar la variabilidad oceánica en todos los planes de manejo y gobernanza del espacio marino.
A su vez, destacó el rol regulador del océano en la absorción de dióxido de carbono y energía en un contexto de cambio climático: “Si el océano no hubiera absorbido el 90% de la energía extra generada por el efecto invernadero, el planeta estaría decenas de grados más caliente”.
Una nueva carrera para un nuevo desafío
Como parte de su presentación, Barreiro introdujo los avances en la creación de la nueva Licenciatura en Oceanografía, un proyecto impulsado por once servicios universitarios que ya cuenta con aprobación del Consejo de la Facultad de Ciencias, y está en proceso de sumar los avales institucionales necesarios.
La carrera tendrá cinco orientaciones (Biológica, Física, Química, Geológica y Socioambiental), una base común de formación y un tramo específico, que permitirá a los estudiantes profundizar según su perfil académico. “Queremos que las decisiones políticas sobre el mar estén basadas en evidencia científica, y que nuestros egresados puedan trabajar en el ámbito académico, público o privado”, afirmó.
Accesibilidad al mar, cooperación y Antártida
Tras las intervenciones de los oradores, se pasó a una ronda de preguntas del público, donde se compartieron experiencias de formación pasadas, así como la dificultad para acceder al mar profundo, una limitación logística y económica aún no resuelta.
En relación a esto en el evento se recordó la expedición a bordo del buque de investigación Falkor (too) que tendrá lugar a fines de este invierno.
Desde la organización además se informó que existen grupos interinstitucionales trabajando en la habilitación de espacios en La Paloma y en la articulación con la Armada Nacional para el acondicionamiento de un barco de investigación recientemente adquirido.
También se contó con la participación de representantes de la Armada Nacional, quienes reafirmaron la necesidad de sumar esfuerzos entre facultades, centros y organismos para superar los obstáculos actuales y potenciar la capacidad de observación y trabajo en territorio marino.
Finalmente, se resaltó la importancia de fortalecer el estudio de los océanos en la Antártida, un territorio que representa un área estratégica para Uruguay el cual, como miembro consultivo del Tratado Antártico, tiene responsabilidades internacionales en materia de conservación, investigación y soberanía.
La actividad también contó con una muestra de póster por parte de todas las organizaciones participantes.
La JICO fue una instancia de importante intercambio que reforzó el trabajo que viene desarrollando la Udelar hace varios años para la construcción de una comunidad nacional de investigación, docencia y extensión en torno al océano y la zona costero-marina.