Lo que comenzó como una investigación universitaria sobre microorganismos resistentes a la radiación ultravioleta en la Antártida, hoy está a punto de convertirse en un ingrediente activo en productos cosméticos diseñados para proteger y reparar la piel del daño solar.

Antarka —antes conocida como DNAzyme— es una startup uruguaya de base científica que lleva adelante un proyecto donde se viene trabajando en una tecnología innovadora basada en fotoliasas antárticas, enzimas capaces de reparar el ADN dañado por la radiación UV. El proyecto surgió en la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República y cuenta con el respaldo del Instituto Antártico Uruguayo (IAU) y el Ministerio de Defensa, alcanzando en 2025 un hito clave: la firma de un acuerdo de transferencia tecnológica que le permite a la empresa avanzar hacia la comercialización de sus desarrollos.

En la siguiente entrevista, Juan José Marizcurrena, Célica Cagide y Betania Martínez, tres de las mentes detrás del emprendimiento, cuentan cómo fue el proceso de pasar del laboratorio a la creación de una empresa, los aprendizajes, desafíos y oportunidades que encontraron en el camino, y su visión sobre el rol de la academia, el ecosistema emprendedor uruguayo y el futuro de la biotecnología en el país.

¿Qué los motivó a dar el paso desde la investigación académica hacia la creación de una startup?

Llegamos a un punto donde teníamos una tecnología que estaba lista para salir, pero no podíamos dar el paso. Nos acercamos a muchos laboratorios cosméticos y farmacéuticos que les interesaba la tecnología, pero faltaban validaciones y asumir riesgos que estas empresas no iban a tomar. Así nos dimos cuenta que el nexo que faltaba entre la academia y la industria era una startup, que mitigue todos los riesgos.

¿Cómo fue la transición desde el laboratorio a pensar en términos de producto y mercado?

Siempre tuvimos una idea clara, de que lo que se estaba desarrollando tenía una clara aplicación. La industria cosmética no innova hace mucho tiempo, y sabíamos que este era un nicho.

¿Qué tan accesible fue el proceso de patentar el desarrollo y cómo fue el apoyo institucional en ese sentido?

La primera patente costó mucho, porque no teníamos formación para ello. Tampoco teníamos la mirada estratégica de mercado para ver cómo captar el valor en la patente, y finalmente no teníamos un equipo de abogados expertos, con principal foco en USA, Europa y Asia que son los mercados más interesantes para este producto.

 ¿Qué líneas de productos esperan poder desarrollar?

Inicialmente estamos imaginando esto en el sector de anti aging y longevity. Sabemos que la tecnología es poderosa, y que pueden haber aplicaciones de tipo farmacéutica. Inicialmente estamos codesarrollando con varios laboratorios formulaciones tipo serums, cremas de día y de noche, super hidratantes y geles de aplicación diaria.

¿Qué tan cerca sienten que están de tener un producto en el mercado?

Creemos que estamos muy cerca. Esta línea de investigación lleva años siendo estudiada desde la academia. Cuando empezamos con Antarka ya teníamos un largo camino recorrido. Afortunadamente tras la constitución de la empresa, hemos podido validar las cuestiones más importantes que necesitábamos para que esto se incorpore en un producto que salga al mercado: su eficacia en piel humana, que es seguro para su uso tópico y que podemos escalar nuestro proceso productivo a nivel industrial. Actualmente estamos en fase de testeo con diferentes clientes, por lo tanto una vez que cerremos acuerdos con ellos, ya habría productos con el ingrediente activo de Antarka en el mercado.

¿Cuál es el impacto más transformador que esperan tener en la industria cosmética o en la salud?

En la industria cosmética, la revolución de introducir ingredientes activos innovadores y que aportan valor funcional real, a diferencia de algunas propuestas actuales que hemos visto que no necesariamente funcionan como se declara. En la salud de las personas, prevenir varios signos de la piel asociados a la exposición solar, desde arrugas y líneas de expresión hasta posible desarrollo de lesiones cutáneas. Nuestro objetivo es que la piel de las personas esté protegida y saludable, y como consecuencia mitigar signos visibles.

¿Sienten que en Uruguay hay un ecosistema que favorece a quienes emprenden desde la ciencia?

Creemos que este es un ecosistema emergente y que se está formando cada vez más a medida que aumenta el número de empresas biotecnológicas del estilo de Antarka. Sin dudas Uruguay tiene muchas cosas positivas para convertirse en un entorno ideal para emprender desde la ciencia, y en nuestro recorrido nos hemos encontrado con muchas personas dispuestas a ayudar y a hacer que las cosas sucedan.

¿Cuál fue el mayor obstáculo para que el conocimiento generado en la facultad se convirtiera en una empresa?

El mayor obstáculo fue, sin duda, la necesidad de fondos. Llevar un desarrollo biotecnológico desde la academia hasta construir una empresa con proyección global y con base científica sólida, que implica seguir investigando y desarrollando a una velocidad alta, requiere una inversión importante. Además, como la biotecnología siempre implica cierto riesgo, no siempre es fácil conseguir ese capital.

¿Qué habilidades tuvieron que adquirir fuera del ámbito académico para emprender?

Muchísimas, probablemente más de las que imaginábamos cuando nos embarcamos en este camino. Tuvimos que incorporar conocimientos técnicos de áreas como finanzas, sector productivo, cuestiones regulatorias, entre muchos otros, que como científicos no estábamos acostumbrados a manejar cotidianamente. Pero eso probablemente no fue lo más desafiante. Lo más desafiante fue aprender a convivir con la incertidumbre, a tomar riesgos y a desarrollar habilidades blandas que nos permitieran sentirnos cómodos en un entorno que constantemente nos saca de nuestra zona de confort. La capacidad de adaptación es de lo más importante, hablando de emprender.

¿Cómo ves hoy la relación entre la academia y el sector privado? ¿Qué se podría mejorar?

Todavía hay mucha resistencia desde la academia al sector privado. Si bien está mejorando la recepción, a veces la mención del concepto de empresa genera rechazo. También les es difícil de entender a quienes no están en el ecosistema de una startup, que las mismas viven gracias a inversiones. No hay startups biotecnológicas que puedan salir directamente al mercado vendiendo, hay un proceso muy largo y que demanda mucho capital. Se podría mejorar el apoyo a docentes de la Udelar que quieran emprender. Las universidades privadas tienen centros de emprendimientos que ayudan y acompañan este proceso. También es muy difícil acoplar los tiempos que maneja la universidad con la velocidad que necesita una startup. Por ejemplo, licenciar la patente tomó casi 2 años, y perdimos oportunidades de inversión por no tener resuelto ese tema.

¿Qué rol puede cumplir la universidad como motor de innovación en Uruguay?

La universidad debe ser un motor fundamental de innovación en Uruguay. Impulsando la creación de centros y redes de apoyo que ayuden a emprendedores, que acerquen la ciencia y la tecnología al sector productivo y a la sociedad. La academia en Uruguay es chica y no todos los profesionales pueden insertarse. Es clave que la universidad colabore en generar oportunidades alternativas para los que no hacen carrera docente. La excelencia de la formación en Udelar es un factor diferenciador que abre puertas a nivel mundial. Si se logra canalizar ese conocimiento hacia la creación de nuevas empresas, tecnologías y soluciones, el impacto puede ser enorme tanto en términos económicos como sociales. Además, la universidad debería jugar un papel fundamental articulando el vínculo entre investigadores, empresas, Estado e inversores.

¿Recomendarías a otros investigadores emprender? ¿Qué condiciones deberían darse para que se animen?

Sí, recomendaría emprender a aquellos investigadores que sienten que necesitan algo diferente en su camino científico o profesional. Tradicionalmente, cuando te recibías de carreras científicas en Uruguay, los caminos eran tres: seguir la carrera académica como docente e investigador en Udelar, emplearte en la industria privada o emigrar. Emprender es un cuarto camino que, aunque desafiante, hoy es una opción real y super enriquecedora. Para que un investigador emprenda tiene que estar dispuesto asumir riesgos, tener curiosidad por explorar un camino nuevo, mantener la mente abierta y querer generar un impacto real solucionando los problemas reales; diría características propias de los investigadores. Aunque a veces no lo parezca, hay muchos puntos en común entre el mundo científico y el mundo emprendedor.

¿Qué visión tienen para Antarka en los próximos cinco años?

En el próximo año esperamos tener nuestra primera tecnología disponible en el mercado uruguayo; y en los próximos cinco años nuestro objetivo es llegar a marcas y consumidores de todo el mundo. Además, queremos ampliar nuestro portfolio con otros desarrollos que nos consoliden como una plataforma antártica de ingredientes innovadores y disruptivos, en lo que ya estamos trabajando. Nos imaginamos haciendo alianzas con empresas líderes del sector, integrando nuestras tecnologías en sus productos, y abriendo nuevas oportunidades para ingredientes que hasta hoy no existían.

Con dirección al impacto real

El caso de Antarka demuestra que el conocimiento generado en la academia puede trascender el laboratorio y convertirse en innovación, con potencial de impacto global. Partiendo desde una tecnología desarrollada en Uruguay, validada científicamente y orientada al mercado, esta startup abre camino en un sector competitivo como el cosmético, apostando por ingredientes activos con valor funcional real. En un ecosistema que aún se está consolidando, iniciativas como esta muestran que emprender desde la ciencia no sólo es posible, sino necesario para que el país transforme talento en desarrollo sostenible, innovación en valor, y ciencia en oportunidades.

El Premio Nacional L’ORÉAL - UNESCO “Por las mujeres en la ciencia” de Uruguay con el apoyo del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) a través de la Dirección Nacional de Innovación, Ciencia y Tecnología (DICYT), llama a concurso para seleccionar un Proyecto de Investigación en Ciencias Naturales y Exactas, Ingeniería y Tecnología, Ciencias Médicas y de la Salud y Ciencias Agrícolas. 

La convocatoria 2025 estará abierta hasta el martes 12 de agosto a las 17h.

El proyecto será seleccionado tomando en cuenta su excelencia académica y su posibilidad de aporte a la solución de problemas nacionales. Deberá ser protagonizado por una científica, con ciudadanía uruguaya natural o legal o residencia habitual en el país de al menos 1 año al cierre del llamado, y estar enmarcado dentro de una línea de investigación en desarrollo, clara y demostrable, en una de las áreas especificadas.. 

El trabajo científico seleccionado, luego de un riguroso proceso de evaluación, deberá ser desarrollado en el país y mostrar creatividad, independencia y originalidad respecto a líneas de investigación de investigadores senior. El mismo será premiado por L’Oréal, que otorgará un subsidio para contribuir al desarrollo de dicho proyecto y consolidar el rol de la mujer en la concepción de soluciones científicas a los problemas con que debe enfrentarse la humanidad en el nuevo milenio. 

L’Oréal adjudicará la suma de US$ 22.000 (dólares estadounidenses veintidós mil) a modo de premio destinado a contribuir a la ejecución por un período máximo de 2 años del proyecto seleccionado.

Requisitos para la presentación de proyectos 

  • Ser mujer.
  • Tener menos de 45 años cumplidos al 12 de agosto de 2025.
  • Poseer título de doctorado o ser estudiante de doctorado en Universidades nacionales o extranjeras en las áreas del llamado.
  • Presentar una propuesta de investigación original (según lo indicado en el punto 4.1 de las Bases), que se diferencie de la llevada adelante por sus tutores o líderes del grupo de investigación y que esté vinculada a alguna de las disciplinas tales como las descriptas en el punto 2 de las Bases, y se realice en Uruguay.
  • Presentar el aval de una institución (según lo indicado en el punto 4.4 de las Bases), sin fines de lucro, en la cual se desarrolle o desarrollará el proyecto.
  • Completar debidamente el formulario de postulación correspondiente a esta convocatoria, y adjuntar los anexos, según lo establecido en el punto 4 de las Bases.

Quienes tengan interés de postular deben solicitar el aval institucional de la Facultad de Ciencias al correo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., con plazo hasta el jueves 7 de agosto 2025

Las Bases así como los documentos que deben anexarse al formulario están disponibles en la en la página web de DICYT.

Formularios

El 11 de julio pasado se realizó en la Facultad de Ciencias de la Udelar la Primera Jornada Interdisciplinaria en Ciencias Oceánicas (JICO), instancia que reunió a más de 160 personas de 31 instituciones, tanto de la propia Universidad como de otras vinculadas al estudio, gestión y preservación del medio marino. 

La actividad contó con 4 mesas temáticas de discusión y una muestra de 44 pósters con las líneas de investigación y trabajo de las instituciones participantes.

La apertura del evento fue realizada por la decana de la Facultad de Ciencias, Mónica Marín, y el rector de la Universidad de la República, Álvaro Mombrú, quienes destacaron el papel estratégico que tiene el conocimiento científico sobre los océanos en el desarrollo sostenible del país.

“Hay una dimensión estratégica del mar que el país no ha desarrollado suficientemente”, afirmó Marín, y subrayó la necesidad de articular capacidades, datos e infraestructura en forma cooperativa, a través de una mirada interdisciplinaria.

Mombrú, señaló que “el mar es una frontera por abrir”, y que Uruguay está en condiciones de dar pasos sustantivos en este sentido si logra coordinar esfuerzos científicos y técnicos. 

Angel Segura, integrante del comité organizador y miembro directivo del Instituto de Ciencias Oceánicas (ICO), destacó la amplia participación, con un alto porcentaje de docentes de la Udelar, pero también una importante presencia de actores de otras instituciones. También remarcó que el trabajo interdisciplinario “requiere generar lenguajes comunes y formas de diálogo que sólo se construyen interactuando”.

La jornada tuvo como hilo conductor el objetivo de reconocer la historia desde sus inicios en las investigaciones de las ciencias del mar para consolidar el presente y proyectar un futuro común frente a los desafíos sociales, ambientales y climáticos de nuestro tiempo.

Más de 100 años de academia

Otro de los oradores fue el profesor y Dr. Omar Defeo quien realizó un repaso por la historia del desarrollo del estudio de los océanos en Uruguay, desde los primeros aportes académicos en la Facultad de Medicina y el Museo Nacional de Historia Natural a fines del siglo XIX, hasta la actual expansión de trayectorias de formación, investigación y extensión vinculadas a los bienes marinos involucrando múltiples servicios.

Defeo resaltó el rol de investigadores pioneros como Bertullo y Talice, y subrayó la importancia de instituciones clave como el Museo Nacional de Historia Natural (MNHN), Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (Pedeciba) y el Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales (IECA) de la Facultad de Ciencias. Destacó además la descentralización como parte del proceso, con polos de desarrollo como el Centro Universitario Regional del Este (CURE) y la creación de nuevas carreras, como la Licenciatura en Gestión Ambiental y Ciencias de la Atmósfera.

“Tenemos una masa crítica de más de 200 investigadores trabajando en la relación ciencia-sociedad, generando conocimiento en cocreación con comunidades, instituciones y sectores productivos”, afirmó. 

A su vez, hizo énfasis en que uno de los legados más valiosos de estas décadas ha sido la formación de recursos humanos: “Lo que tenemos es un patrimonio que va más allá de los papers”.

Ciencia para informar políticas públicas

Mónica Fossati, Ingeniera Civil con perfil hidráulico ambiental y profesora titular de la Facultad de Ingeniería, abordó los aportes de la ingeniería hidráulica y marítima al conocimiento de los sistemas estuariales y costeros. Desde su experiencia en el Instituto de Mecánica de los Fluidos, insistió en el potencial de colaborar más activamente con otras disciplinas: “Debemos acercar nuestras fortalezas técnicas a las comunidades de las ciencias oceánicas y buscar juntos nuevas formas de formación interdisciplinaria”.

Fossati destacó la necesidad de que el recientemente creado Instituto de Ciencias Oceánicas de la Udelar, contribuya a generar lineamientos y estándares para el monitoreo ambiental, en articulación con organismos públicos, empresas y comisiones binacionales. Señaló también como clave el desarrollo de propuestas de posgrado accesibles para diversas áreas del conocimiento, así como el fortalecimiento de vínculos con la Escuela Naval, el SOHMA (Servicio de Oceanografía, Hidrografía y Meteorología de la Armada) y universidades de la región.

El océano como regulador climático

Cerrando la primera mesa de oradores Marcelo Barreiro, profesor titular del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y Física de los Océanos, ofreció una mirada desde la oceanografía física, subrayando el papel central que juegan los océanos en el sistema climático global y regional. “No se puede entender el clima sin el océano”, señaló, y recordó que Uruguay es especialmente vulnerable a la variabilidad oceánica, tanto por fenómenos globales como El Niño, como por las dinámicas locales del Atlántico Sur.

Barreiro, que a su vez es investigador de Pedeciba, enfatizó que el océano no solo condiciona las actividades socioeconómicas y los ecosistemas marinos, sino que también modula las lluvias, los vientos y las temperaturas en el continente. Además, resaltó la importancia de incorporar la variabilidad oceánica en todos los planes de manejo y gobernanza del espacio marino.

A su vez, destacó el rol regulador del océano en la absorción de dióxido de carbono y energía en un contexto de cambio climático: “Si el océano no hubiera absorbido el 90% de la energía extra generada por el efecto invernadero, el planeta estaría decenas de grados más caliente”.

Una nueva carrera para un nuevo desafío

Como parte de su presentación, Barreiro introdujo los avances en la creación de la nueva Licenciatura en Oceanografía, un proyecto impulsado por once servicios universitarios que ya cuenta con aprobación del Consejo de la Facultad de Ciencias, y está en proceso de sumar los avales institucionales necesarios.

La carrera tendrá cinco orientaciones (Biológica, Física, Química, Geológica y Socioambiental), una base común de formación y un tramo específico, que permitirá a los estudiantes profundizar según su perfil académico. “Queremos que las decisiones políticas sobre el mar estén basadas en evidencia científica, y que nuestros egresados puedan trabajar en el ámbito académico, público o privado”, afirmó.

Accesibilidad al mar, cooperación y Antártida

Tras las intervenciones de los oradores, se pasó a una ronda de preguntas del público, donde se compartieron experiencias de formación pasadas, así como la dificultad para acceder al mar profundo, una limitación logística y económica aún no resuelta.

En relación a esto, en el evento se recordó la expedición a bordo del buque de investigación Falkor (too) que tendrá lugar a finales de este invierno.

Desde la organización además se informó que existen grupos interinstitucionales trabajando en la habilitación de espacios en La Paloma y en la articulación con la Armada Nacional para el acondicionamiento de un barco de investigación recientemente adquirido.

También se contó con la participación de representantes de la Armada Nacional, quienes reafirmaron la necesidad de sumar esfuerzos entre facultades, centros y organismos para superar los obstáculos actuales y potenciar la capacidad de observación y trabajo en territorio marino.

Finalmente, se resaltó la importancia de fortalecer el estudio de los océanos en la Antártida, un territorio que representa un área estratégica para Uruguay el cual, como miembro consultivo del Tratado Antártico, tiene responsabilidades internacionales en materia de conservación, investigación y soberanía.

La JICO fue una instancia de importante intercambio que reforzó el trabajo que viene desarrollando la Udelar hace varios años para la construcción de una comunidad nacional de investigación, docencia y extensión en torno al océano y la zona costero-marina. Estos esfuerzos se ven materializados en dos hitos a nivel nacional que son: la creación de la Licenciatura en Oceanografía y el Instituto de Ciencias Oceánicas de la Udelar. 

 

       

Desde el Prorrectorado de Investigación se invita a la comunidad académica a participar de la jornada que marcará el cierre del ciclo “Evaluar es necesario”, titulada “Más allá de los papers. Formas y formatos para la producción y comunicación del conocimiento”.

El encuentro se realizará el jueves 31 de julio de 2025, entre las 8.30 y las 12.30 horas, en el Edificio Clotilde del Campus Luisi Janicki (Alberto Lasplaces 1620). La actividad está dirigida principalmente —aunque no exclusivamente— a personas que realizan tareas de evaluación de investigadores.

En este ciclo, iniciado en 2024, se abordaron temáticas a lo largo de las distintas jornadas como:

  • La evaluación en los programas de apoyo a la investigación: fortalezas y desafíos

  • La evaluación de becas y programas de posgrado

  • La evaluación y el Régimen de Dedicación Total

  • La evaluación de la interdisciplina y de la heterogeneidad disciplinar

En esta última jornada, se propone reflexionar sobre la idea de que no solo de papers vive la investigación. El programa prevé la participación de investigadores de áreas como arquitectura, ingeniería, música y creación audiovisual, quienes compartirán sus experiencias y perspectivas sobre otros formatos posibles para la producción y comunicación del conocimiento.

Los interesados en participar deberán realizar la inscripción en el formulario que se encuentra disponible aquí.

Tu PERFIL CIENCIAS ¿puede ser el de un emprendedor?

Para la Facultad de Ciencias siempre ha sido importante potenciar la inserción laboral de egresados/as fuera del ámbito estrictamente académico. Esta preocupación se encuentra presente en el Plan de Desarrollo Institucional, además de ser abordada en diferentes ámbitos.

Un ejemplo de esto es la participación de la Facultad de Ciencias, desde el año 2021, en la Mesa de Universidades de la Red Uruguay Emprendedor.

Esta mesa, es un espacio de trabajo colectivo que reúne a referentes de distintas Facultades y Universidades de Uruguay con el propósito de identificar capacidades en temas de innovación y emprendimiento de las distintas Universidades, compartir buenas prácticas y fortalecer el vínculo entre la academia y el sector productivo para generar conocimiento aplicado, innovación y nuevas startups.

El trabajo de la mesa ha sido sostenido y creciente, con un objetivo claro: desarrollar capacidades internas y promover una cultura universitaria que valore la vinculación como parte de su identidad. Sus avances se consolidaron en el proyecto “Dinamización y visibilización del rol de las universidades en el ecosistema de innovación y emprendimientos”, que recibió fondos de la ANDE.

Desde este proyecto se realizó un relevamiento de capacidades y oportunidades de mejora en el ecosistema universitario, que permite visualizar las posibilidades de potenciar la generación de emprendimientos e innovación.

Como resultado de esta experiencia se logró construir una primera base de datos sobre las posibilidades de capacitación en esta área, la cual se puede consultar AQUÍ de forma interactiva.

Además, se generó una campaña de difusión para la visibilización de la Mesa de Universidades de la Red Uruguay Emprendedor y experiencias de emprendimientos universitarios en diferentes áreas. La cual es difundida a través de nuestras redes sociales

Por su parte, la Facultad de Ciencias también realizó en el 2024 el Encuentro Perfil Ciencias donde la comunidad del servicio y algunas empresas pudieron dialogar sobre los perfiles de los egresados/as, herramientas y posibilidades para la inserción laboral, presentándose algunas startups integradas por varios egresados/as y docentes de la Udelar. Las recordamos a continuación:

B4RNA guska 

Polymera xeptiva

Kinzbio

 

 

 

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 Iguá 4225 esquina Mataojo

Montevideo, 11400

Uruguay

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