Con el cierre del año académico, también culmina el período como Decana de la Facultad de Ciencias de Mónica Marín. Luego de más de seis años al frente del Decanato, finaliza su gestión tras haber sido electa en 2018 y reelecta en 2022.

Marín fue entrevistada por la Unidad de Comunicación con quienes compartió algunas reflexiones sobre su gestión, los aprendizajes acumulados y las perspectivas a futuro para la Facultad de Ciencias.

 

 

¿Qué recuerdos se te vienen a la cabeza de tus años en la Facultad de Ciencias?

En este momento tan especial de cese del cargo docente, me vienen imágenes de momentos del inicio de mi carrera docente y de muchas personas con las que compartí distintos momentos: docentes, funcionarios, estudiantes, amigos. 

También recuerdos de cuando entré a la Facultad de Humanidades y Ciencias en 1986, con un cargo grado 2 de asistente de bioquímica. Estábamos en un laboratorio en el subsuelo de la Facultad, en Tristan Narvaja. No había equipamiento, y lo primero que fuimos a comprar fue un autoclave a Pablo Ferrando.

Era un momento de enorme entusiasmo. Pensando en la enseñanza, armamos un nuevo programa para el curso de bioquímica, y la preparación de las clases. Recuerdo los nervios que sentía antes de dar cada clase, cosa que me siguió pasando aunque después de empezar se me pasaban.

Otro recuerdo es la llegada de Ricardo Ehrlich, y las extensas reuniones de todo el grupo con él, para impulsar la investigación, y la motivación por explorar distintos temas. Me acuerdo de los primeros experimentos, que por supuesto había que repetir, mientras Ricardo nos daba ánimo diciendo siempre: ¡el resultado es alentador!, habría que repetirlo ajustando tal o cual cosa, o incluyendo un control, etc.

Por supuesto el primer poster para presentar resultados en un congreso o en una reunión regional. En ese momento las figuras y los posters daban mucho trabajo, se pegaba cada letra, según el tipo y tamaño, tratando que quedaran bien alineadas y equidistantes. Me vienen muchas imágenes y sentimientos de tantos compañeros, y de tantos estudiantes.

 

¿Qué aprendizajes te dejó el vínculo con los distintos actores de la comunidad universitaria?

En el marco del desempeño del cargo docente asumí varias responsabilidades: fui muchos años encargada de la sección Bioquímica y participé en distintas instancias, estructuras, y órganos de cogobierno, en el Claustro, en la comisión directiva del Instituto de Biología, en la comisión de la Maestría en Biotecnología, en ADUR, en el PEDECIBA y durante ocho años integré la delegación docente al Consejo. 

Si bien conocía los temas que se estaban tratando en la Facultad y de cómo funciona en general la institución, prácticamente desconocía como es la vinculación de la Facultad con los demás servicios y la Universidad a nivel central. Conocía los titulares, pero no en profundidad. Y finalmente que para ser Decana no alcanza con conocer cómo funciona el Consejo y la Facultad, sino que implica articular y buscar acuerdos, y eso requiere otro tipo de aprendizaje.  

 

¿Qué fue lo más gratificante de ocupar un cargo de esta responsabilidad? ¿Y lo más desafiante?

Voy a nombrar varias cosas muy gratificantes: la gran alegría que me da firmar los títulos cuando egresan nuestros estudiantes. 

También los logros, reconocimientos y premios a nuestra Facultad y a sus integrantes, es un gran motivo de orgullo. Así como ver a muchos estudiantes hoy convertidos en destacados científicos, docentes y egresados. 

Asimismo, el rol que jugó la Facultad de Ciencias, es decir sus integrantes, en el periodo de la pandemia por COVID-19. 

Estoy profundamente agradecida con el apoyo recibido de tanta gente de nuestra Facultad para llevar adelante este periodo de decanato, docentes, funcionarios, estudiantes, egresados. 

Mientras que lo más desafiante ha sido, frente a temas complejos, tratar de alcanzar acuerdos en tiempos razonables. 

 

¿Cómo imaginas el futuro de la Facultad y de la Udelar?

La Facultad de Ciencias es parte de la Universidad de la República y ambas son parte del sistema de educación pública de nuestro país. Es difícil imaginar su futuro en forma aislada, separada del resto.

La Facultad debe continuar fortaleciéndose. Debe continuar desarrollando sus objetivos fundamentales que son la enseñanza, y la mejora de la calidad de la enseñanza de grado y posgrado, la investigación, y la generación de conocimiento, así como promover la cultura científica. Requiere mayor presupuesto, sin duda. Pero también promover la evaluación y la mejora continua en el desarrollo de las funciones sustantivas y en el funcionamiento global de la Facultad, mirando en conjunto todos los aspectos. 

Es un desafío fundamental, porque el presupuesto siempre va a ser escaso, y la Facultad tiene que encontrar los caminos para seguir avanzando lo más posible contando con menos de lo que necesitaría. 

 

¿Qué te gustaría decirle a la comunidad universitaria en este momento de despedida?

Que la construcción de la Facultad de Ciencias y de la Universidad es un proceso continuo, y que sigue adelante. Antes, ahora y después, ello requiere la participación de todas y todos, de cada uno, en el rol que le toque desempeñar y en el momento que sea.

En este momento de despedida, quiero reiterar el reconocimiento por el esfuerzo y compromiso de las y los integrantes de esta Facultad, y mi agradecimiento por el apoyo recibido y las expresiones de afecto de los integrantes de esta comunidad. 

La Facultad de Ciencias cuenta con un Programa de Visitas que, año a año, recibe a grupos escolares y liceales con el objetivo de acercar el quehacer científico, la vida universitaria y la oferta académica a estudiantes y docentes de distintos puntos del país.

A través de este programa, es posible coordinar charlas de oferta académica para instituciones educativas incluyendo una recorrida por la Facultad. Además, se ofrece la posibilidad de organizar charlas o actividades específicas con docentes de la institución, en función de los intereses de cada grupo y de los contenidos trabajados en los centros educativos.

Durante 2025, el Programa de Visitas tuvo un impacto significativo, recibiendo a más de 4000 personas de distintos niveles e instituciones educativas y sociales.

En el caso de escuelas y educación inicial, participaron:

  • 32 escuelas de Montevideo,
  • 5 escuelas del interior
  • 5 jardines
  • 2 centros sociales

Esto representó un total de 1.475 visitantes en este tramo.

Por su parte, el programa recibió a estudiantes de educación media, incluyendo:

  • Liceos y UTU de Montevideo
  • Liceos y UTU del interior del país
  • 3 centros sociales

En conjunto, estas visitas alcanzaron un total de 2.788 personas.

El Programa de Visitas reafirma así su rol como un espacio clave de vinculación entre la Facultad de Ciencias y la comunidad, promoviendo el interés por la ciencia, el conocimiento y la educación superior desde edades tempranas.

Las visitas, tanto de escuelas, liceos y centros educativos, deben coordinarse con anticipación escribiendo al correo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Desde la pasada semana, y hasta mediados de febrero, el hall de la Facultad de Ciencias recibe la exposición Expedición Uruguay Sub 2000, aunque se proyecta que la exposición luego se traslade a otras sedes universitarias del interior del país. 

Esta muestra es el resultado de un proyecto que vincula el arte con la ciencia, a partir del trabajo de más de 300 estudiantes de la Licenciatura en Diseño de Comunicación Visual de la Universidad de la República.

A partir de la reinterpretación artística de las imágenes capturadas por los científicos del proyecto Uruguay Sub 200 durante sus expediciones, se realizaron 46 obras colectivas mediante la técnica de serigrafía. Estampadas en papel y tela las pinturas buscan reflejar visualmente la belleza y complejidad de los descubrimientos realizados en las profundidades del océano uruguayo, ofreciendo al público una experiencia sensorial que va más allá de lo estrictamente científico.

Las imágenes son reinterpretadas, revalorizando sus composiciones y paletas cromáticas para transformarlas en propuestas artísticas. Este proceso de traducción del lenguaje científico al visual plantea un desafío interesante, ya que, como señalan los organizadores, ambos lenguajes no se comunican de forma literal, sino a través de metáforas y asociaciones visuales.

La idea de vincular la expedición Uruguay Sub 200 con la producción gráfica de los estudiantes surge del enfoque tradicional de la Escuela Nacional de Bellas Artes, actual Facultad de Artes, que fomenta la interacción entre el arte y el medio social. Cada año, el Área de Artes Gráficas busca nuevas formas de integrar lo artístico, lo estético y lo comunicacional con las realidades del contexto actual. 

En síntesis, Expedición Uruguay Sub 200 no solo invita a reflexionar sobre la relación entre arte y ciencia, sino que también busca sensibilizar al público sobre cómo estos dos mundos, aparentemente distantes, pueden entrar en diálogo.

 

El pasado jueves 18 de diciembre la Facultad de Ciencias homenajeó a quienes se jubilan en 2025 y a quienes cumplieron 30 años de dedicación en la Facultad. 

En el evento fueron reconocidos por sus 30 años de labor: Mabel Berois, Gustavo Nagy, Ivanna Tomasco y Flavio Zolessi; mientras que se homenajeó a Andrés Abella, Gabriela Bedó, Ana Domínguez, Gabriela Fernández, Sandra Frabasile, Ana Hernández, Mónica Marín, Myriam Pereira, Magdalena Portela y Graciela Siri que culminan sus labores en la institución.

Durante la ceremonia se entregaron medallas de reconocimiento y se compartieron fotos de algunos momentos vividos en la trayectoria de quienes se jubilan en 2025, aportadas por personas que compartieron esos momentos.

Te invitamos a verlo AQUÍ      

 

                                                 

 

 

Este jueves 11 de diciembre, en el piso 19 del Hospital de Clínicas, se presentó el libro Cronobiología traslacional y salud circadiana: de la investigación básica a la práctica clínica, una investigación que busca acercar el conocimiento científico sobre los ritmos biológicos a la atención médica y las políticas públicas.

Coordinado por Valentina Paz, Ana Silva y Bettina Tassino, el libro reúne distintas miradas acerca de la cronobiología traslacional y la salud circadiana a través de las investigaciones de treinta autores uruguayos y de la región. Este trabajo marca un nuevo paso en la consolidación de la salud circadiana como campo de investigación emergente a nivel nacional. 

Durante la apertura de la presentación, Laura Illescas, directora académica del Hospital de Clínicas, celebró el trabajo de las coordinadoras y destacó “la capacidad de llevar la investigación a la vida diaria de las personas”, subrayando el valor de la colaboración entre disciplinas y servicios universitarios.

Por su parte,  Ana Silva, profesora titular del Laboratorio de Neurociencias de la Facultad de Ciencias (FCien), en su intervención repasó el origen del proyecto, surgido hace dos años de un encuentro entre cronobiólogos y médicos de distintas especialidades en el Campus Luisi Janicki de la Universidad de la República (Udelar). Desde el inicio, la motivación fue  pensar distintas estrategias para trasladar el conocimiento que se estaba generando desde la academia hacia la comunidad y las políticas públicas en salud. 

Con ese objetivo, en 2024, se postularon y ganaron el Fondo Ciudadanía y Conocimiento de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC) que permitió la realización del libro. En palabras de Silva, una de sus coordinadoras, el libro es el resultado de ese esfuerzo por incorporar la dimensión temporal a la práctica clínica. “Cada vez que se valora un paciente deberíamos preguntarnos qué hora es en ese organismo”, afirmó.

Silva detalló que la obra se organiza en cuatro secciones: una primera dedicada a los fundamentos de los ritmos biológicos y del sueño; una segunda centrada en el desarrollo del sistema circadiano a lo largo de la vida; una tercera con experiencias de distintas áreas de la salud; y una última que recoge entrevistas a referentes internacionales de la medicina circadiana, realizadas por el periodista científico Leandro Lagos.

La prorrectora de investigación saliente, Virginia Bertolotti, definió al libro como una “obra coral” y “profundamente cultural”, por su capacidad de conectar la ciencia con la vida cotidiana y con los problemas sociales del país. “Es un libro que desborda”, señaló, aludiendo a su potencial para generar reflexión y promover nuevas miradas sobre el tiempo, los hábitos y la salud.

Desde el Ministerio de Salud Pública el Director de la División de Programación Estratégica en Salud y Coordinador del Programa Nacional de Personas Mayores, Juan Mila, subrayó el valor de este tipo de iniciativas para fortalecer los vínculos entre la academia y las políticas públicas. En su intervención, destacó el papel de la cronobiología en el diseño de estrategias de salud mental y envejecimiento saludable, y anunció la intención de avanzar en investigaciones conjuntas sobre bienestar y personas mayores.

En el cierre del panel, Betina Tassino, profesora agregada de la Sección Etología de FCien, presentó las proyecciones futuras del grupo de trabajo. Entre ellas, la conformación de un núcleo interdisciplinario de cronobiología traslacional, recientemente reconocido por el Espacio Interdisciplinario de la Udelar, y el fortalecimiento de la colaboración con instituciones como el Hospital de Clínicas, el Instituto Nacional del Cáncer y la Intendencia de Montevideo.

El evento incluyó además una instancia de presentación de avances de investigación a cargo de jóvenes científicas y científicos —Mariana Marchesano, Antonella Arrieta, Mayda Rivas, Andrea Devera, Mathías Cosentino y Julieta Castillo—, quienes compartieron resultados sobre los avances en sus proyectos vinculados al ejercicio físico, embarazo y el mundo laboral, entre otros temas.

Como cierre, los estudiantes del curso de posgrado Salud circadiana: de la investigación básica a la práctica clínica presentaron sus pósters, reflejando la continuidad de una línea de trabajo que combina ciencia, formación y divulgación.

La publicación, editada por la Unidad de Comunicación de la Udelar y financiada por el Programa Ciudadanía y Conocimiento de la CSIC, cuenta con prólogo del reconocido cronobiólogo argentino Horacio de la Iglesia (Universidad de Washington). Su difusión posiciona a Uruguay dentro de un movimiento internacional que busca integrar la dimensión temporal en la medicina, con el fin de mejorar la salud y el bienestar de las personas.

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